sábado, 28 de enero de 2012

LUCES AMARILLAS!!!

Texto: Amos 3:1-8


Son conocidos por casi todas las personas los señalamientos viales, particularmente en lo referente a los semáforos, cada una de las luces representa una señal a seguir tanto por los automovilistas como por los peatones. Las luces verdes nos indican seguir o continuar; la roja detenernos y esperar que pasen los demás. La que hoy nos ocupa es la luz amarilla, la cual es una advertencia, esta aparecer entre amabas luces, e indica precaución de que la siguiente luz y señal esta por aparecer. Resulta interesante anotar que quienes no hacen caso de una manera premeditada a esta luz, casi irremediablemente se encontrará en problemas. En la vida podemos observar que Dios también muestra señales amarillas que nos advierten que de seguir de largo podemos caer en problemas.
La ciudad de Samaria, centro político y religioso de Israel se encontraba en buenas condiciones; la prosperidad económica se dejaba ver, más aún había recobrado mucho de su poderío militar que había perdido cuando se separo del Reino de Sur. Sin embargo para llegar a esto no había sido construido bajo la dirección de Dios. Había una inadecuada repartición de los recursos, había pocos ricos y muchos pobres y oprimidos con quienes los ricos aumentaban su poder. Hasta la vida religiosa sufría de esta corrupción, Jeroboam II, había incitado a que el pueblo se alejara de Dios e incurriera en infidelidad; pues como lo mencione antes en otro mensaje creían en Jehová como protector y en Baal como provisor, mandando construir santuarios en Samaria y obligando a los israelitas a no ir a la ciudad santa de Jerusalén a adorar a Dios. Estas eran las condiciones en que Amós fue llamado a anunciar las luces amarillas de advertencia, que de seguir bajo esa línea de conducta; Dios los castigaría y con justa razón. Habían roto su pacto y las leyes que el Señor les había dado en manos de Moisés.

I. Las luces amarillas se encienden cuando existe desacuerdo en Dios y el ser humano (v. 3) "¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo?"
Para poder realizar una actividad junto con otra persona, primero deben de ponerse acuerdo en ¿como?, ¿donde?; al realizar un viaje se deben poner en claro el día, la hora, el lugar de salida y el rumbo hacía donde llegarán, al establecer una relación amorosa y que tenga éxito deben estar de acuerdo en el plan de vida. Es Israel quién decide separarse de Judá y nombrar su propio rey, no respetando lo estipulado por Dios acerca de que la descendencia de David sería rey sobre un solo pueblo. Es el rey del norte quién cambia el sitio de adoración de los israelitas, haciendo de Samaria la sede del control político, militar y religioso; contrario a lo que el Señor había mandado de que sería Jerusalén la ciudad santa.

II. Las luces amarillas se encienden como amenaza (v.4) "¿Rugirá el león en la selva sin haber presa?"
El león se ha identificado tradicionalmente como un animal majestuoso y con un enorme poder de destruir a sus enemigos. Cuando los leones se encuentran frente a un enemigo, la primera línea de defensa y ataque es el rugido como señal de advertencia y amenaza o en su defecto cuando ya esta sobre la víctima. El rugido es una expresión de su grandeza y evitar que su enemigo caiga en sus poderosas fauces y no despedazarlo. También Dios ante el desacuerdo con Israel, ruge, es decir lo amenaza indicando que su castigo será inminente y que debe retirar de delante de él su pecado o sufrirá las consecuencias. El Señor coloca señales luminosas amarillas en la vida para advertirnos que se esta en desacuerdo con su voluntad. Literalmente no ruge, pero si amenaza nuestra existencia para que reconsideremos nuestra conducta y evitar el castigo. Es lamentable observar que los seres humanos no experimentamos en cabeza ajena; debemos recordar las palabras de Moisés en el Salmo 90:12 "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría", debiéramos adquirir sabiduría de hechos previos y en otros personas para evitarnos las afrentas.

III. Las luces amarillas se encienden con motivos (v. 5) "Caerá el ave a tierra, en la trampa si no hay cebo?"
Esta manera tan ilustrativa de Amós expresa que los castigos de parte de Dios no son el resultado de una mente caprichosa que juega con su creación. La ley de que a toda acción existe una reacción se cumple. Israel había estado trabajando en su oprobio castigo, no le iba a sobrevenir por azares del destino. Existían suficientes evidencias en su historia para hacerse acreedor al juicio de Dios. La fiebre es una manifestación de que algo fuera de lo normal ocurre dentro de un organismo, es una señal que anuncia que algo a rebasado las defensas naturales y se activa en respuesta al elemento extraño; la alza de temperatura no es un función caprichosa, sino tiene como propósito calentar el medio interno de individuo para matar al agresor; si la fiebre no puede controlar al germen, entonces existen medidas más drásticas para eliminar al enemigo.

IV. Las luces amarillas se encienden para estar alertas (v. 6) " ¿Se tocará la trompeta en la ciudad y no se alborotará el pueblo?"
La parte trasera de los automóviles , hay faros que se componen también de varios colores y estos también tienen un significado, es un lenguaje no verbal pero que debe ser entendido y respetado sino se quiere tener problemas. Los conductores deben atender a estas luces; las rojas indican que el vehículo se esta deteniendo, amarillas e intermitentes que pasará de carril o dará vuelta y blanca que va en reversa. Estar alerta es prestar atención. Amós era la luz de Dios que en ese momento anunciaba lo que Dios iba a ser, el mensaje total de Amós era reconvenir al pueblo a arrepentirse de su pecado y buscar el perdón de Dios y andar con él. Cuando se toca una alarma o se enciende una luz, las personas cercanas se prestan a hacer ajustes y reaccionar de tal manera que sus vidas estén a salvo. Sin embargo los israelitas no hacían caso de los profetas. 

V. Las luces amarillas se encienden expresando la voluntad de Dios (v.7) "Porque no hará nada Jehová, el Señor, sin revelar su secreto a sus siervos los profetas"
A lo largo de la historia de la humanidad vemos que el propósito de Dios ha sido manifestarse al ser humano y restablecer su contacto con él y limar las asperezas para llegar a una total reconciliación. Esto se cumplió en Jesús, con su muerte en la cruz del calvario y su resurrección. Y es a lo largo de esto que vemos que el Señor se ha hecho presente tomando instrumentos humanos para anunciar su voluntad. En el tiempo de Jeroboam II, Dios hablo al pueblo y al rey a través de de Amós. La vida de Amós sirvió para anunciar lo que el Señor deseaba, la vida de todos los profetas no era solo ocio, sino anunciar el deseo de Dios: Que su pueblo se arrepintiera y volviera a la comunión con su Dios y que Él reedificaría un reino que sería bendición a todos.

Aprendamos de Israel que por no hacer caso a las advertencias de Dios, le fue cobrado con creces. Tu puedes hacer hoy la diferencia en tu vida, en tu familia, en tu matrimonio en tu iglesia 

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