lunes, 21 de enero de 2013

EL TEMOR



Lucas 12: 22-34

En Lucas 12:32, Jesús dice lo siguiente acerca del temor: “No temáis, manada pequeña. No temáis”. Es la ordenanza que se menciona con más frecuencia en la Biblia. En los primeros cinco libros de la Biblia hay 613 ordenanzas, y en todos los 66 libros de la Biblia, si extraemos cada ordenanza, la que más se repite es “No temáis”.
¿A cuántos les sorprende esto? Debe ser un asunto recurrente, porque la Biblia lo menciona en el trascurso de varios miles de años por medio de casi 40 autores en muchas naciones. Hay algo que nunca cambia: La gente se deja controlar por sus temores. Este libro es eterno, por lo tanto siempre es oportuno.

¿Qué es el temor?

Al abordar este tema nos preguntamos: ¿Qué es el temor? El temor es nuestra respuesta a un peligro real o percibido. No tiene que ser real para causarnos miedo.
Todos sentimos temor. Todos tememos. ¿A qué le temen? ¿A las enfermedades? ¿A la muerte? ¿Temen morirse ahogados? ¿Temen morirse quemados? ¿Les da miedo hablar en público? ¿Les da miedo quedarse solteros? ¿A qué le temen? ¿Temen quedarse sin hijos? ¿A qué le temen? ¿Le temen al desempleo? ¿A qué le temen? Todos tememos algo. Muchos tememos muchas cosas.
CON EL TEMOR VIENE LA ANSIEDAD:
¿Cuándo presenta ansiedad su cuerpo? Está bien, ¿dónde empieza el temor? En la mente, anticipando el futuro y teniendo miedo de él. Esto se manifiesta con ansiedad en el cuerpo. Dios diseñó nuestros cuerpos de tal manera para darnos claves sobre nuestra condición mental. Lucas es un doctor. Es médico. Está reportando lo que enseña Jesús. Esto es lo que dice Jesús en Lucas 12:22, “No os afanéis por vuestra vida”. Es una categoría muy amplia, ¿cierto? La vida. Algunos de Uds. dirán, “Sí, y qué de las finanzas?”. Son parte de la vida. “¿Qué hay de la salud?”. Es parte de la vida. “¿Y qué de las relaciones?”. La vida. Cualquier cosa en la vida podría producir potencialmente una ansiedad basada en el temor, y no tenemos por qué estar ansiosos.
En Lucas 12:25 Jesús dice, “¿Y quién de vosotros podrá con afanarse”, nosotros lo llamamos “estrés”


Por lo tanto, amigos, ¿no les parece maravilloso que Jesús aborda el tema? ¿Y saben qué? Lo hace compasivamente. Esto es lo maravilloso de Jesús, al contrario de otras religiones y perspectivas de los dioses, donde Dios está lejos y nunca ha estado aquí en la Tierra, y solo dice, “¡No temáis!”. ¡Es fácil decirlo eso cuando está en el cielo rodeado de ángeles, pero sería distinto si estuviera está aquí en la Tierra como pecador, en un mundo caído con personas de poca confianza. Sin embargo, nuestro Dios entra en la historia de la humanidad. Dios se hace hombre. Su nombre es Jesús. En Hebreos dice que no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, porque ha estado aquí. Él entiende. Él sabe cómo es. Siente lo que sentimos. Genial.
Así que cuando Jesús habla del temor y la ansiedad, ¿quién es el que podría tener más temores que Jesús? Jesús iba rumbo a la cruz para expiar los pecados del mundo y sobrellevar la ira de Dios. A Jesús sí se le presentan algunas dificultades, cierta aflicción, pero las vence con el Padre así como nosotros debemos vencerlas con el Padre. Por eso, en el Huerto de Getsemaní literalmente sudó gotas de sangre anticipando su propia ejecución y asesinato.
Cuando Jesús dice, “No temáis”, entiende el sufrimiento físico. Entiende cómo es la muerte. Entiende lo que uno siente cuando lo vituperan y dañan su reputación. Entiende lo que uno siente cuando la familia piensa que uno está loco, o cuando nos repudian y nos dan la espalda. Sabe lo que es tener amigos de poca confianza, porque los suyos se quedaron dormidos en el huerto cuando más los necesitaba. Él sabe cómo nos sentimos cuando alguien que amamos destruye su propia vida, nos roba, nos traiciona, y se quita la vida. Eso fue lo que pasó con Judas. Jesús lo amaba y le servía. Jesús sabe lo que significa ser soltero y estar solo. En este relato estaba en la quiebra y sin techo; iba rumbo a la cruz. De manera que ¿no les parece maravilloso que Jesús no es como los demás tipos religiosos que llevan una vida cómoda y nos dan principios que ni ellos mismos han vivido ni llevado a la práctica? Jesús no es así. ¿No les encanta Jesús?
Por eso cuando dice, “No temáis”, entendemos: “Jesús, no solo me estás dando algo que hacer. Tratas de guiarme a una vida nueva que me hace bien, porque me amas”. Así es nuestro Jesús.

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