martes, 1 de diciembre de 2015

LA VISION QUE PERSEGUIMOS COMO IGLESIA


Salmo 92:12-15
Tenemos que aspirar a ser vigorosos, llenos de vitalidad, abundantes en gracia, confianza, amor y contentamiento.
Estar plantado en la casa de Jehová, no es lo mismo que asistir de vez en cuando, porque estando siempre encontrás la fuente que te brinda todo el alimento que necesitas para que tu fe y tu vida crezcan fuertes y den fruto.
Este texto pone sobre nuestras espaldas como líderes una responsabilidad increíble. Es un enorme desafío. Porque si la voluntad del Padre es que la gente de fruto, tengo que preguntarme ¿Pueden hacerlo bajo mi liderazgo? Y si no pueden ¿Porqué querrían seguir plantados aquí?
Como líderes no estamos aquí para edificar una iglesia que solo apoye y alimente nuestro ministerio o nuestra visión. Tenemos que edificar el tipo de iglesia que les abra a las personas el camino hacia el potencial que Dios les dio. La visión que perseguimos como iglesia debe ser ordenada por Dios y debe dar espacio a que las personas alcance sus sueños y deseos del corazón.
Dios nos trajo para 4 cosas: florecer, crecer, estar plantados en su casa, fructicar,  anunciar de El.
1. Florecer: es llegar a realizar aquello que como fruto debemos llegar a culminar. Somos una semilla que Dios puso en esta tierra, y hay procesos por los cuales pasaremos. No fuiste llamado a marchitarte, tus sueños no fueron hechos para que se echen a perder, fuiste llamado a florecer! Verte radiante, en tu mejor momento! Quiero verles en su mejor momento a todos. Estar vigorosos.
2. Crecer: es triste llegar a un momento en la vida donde uno ya no crece, en lo físico llega ese tiempo, pero en lo espiritual siempre podemos crecer no importa cuántos años como hijos de Dios tengamos, en nuestra relación matrimonial siempre hay formas de crecer (comunicación, sueños, intimidad). No fuimos llamados a estancarnos, y mucha gente vive sin seguir creciendo.
3. Estar plantados en su casa: Dios siempre nos llama a comprometernos en lo que hagamos y donde estemos, nunca el dio un llamado a la inestabilidad o a la falta de compromiso. Estar plantado significa echar raíces en el lugar donde estamos, eso quiere decir asistiendo a las reuniones, sirviendo en el ministerio al cual Dios me llamó o donde me pueda sentir útil, significa dar al Señor los diezmos que le corresponden.
4. Anunciar de El: este trabajo es de todos nosotros. Dios a cada uno nos puso en un entorno con propósitos específicos, Dios sabia antes que vos y yo que vos ibas a estar en el lugar que hoy estas, y sabe donde vas a estar los años siguientes también. Y si vos allí no anuncias de El ¿Quién lo va hacer? Si cada uno de nosotros se compromete a hacer esto en este mes de diciembre, rápidamente nuestro templo quedará chico y tendremos que hacer más reuniones.

Conclusión:

Dios no es injusto (v15), el pelea por quienes pelean por El. El da la victoria a aquellos que la buscan en El. Cada uno tiene su pelea, pero lo que marca la diferencia es como la peleamos.

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