Carta Albert Einstein (Abril 1955)
Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y
lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará
con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Te pido aun así, que la
custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la
sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a
continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la
ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y
gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que
opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza
universal es el amor.
El amor es luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe.
El amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas
por otras.
El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite
que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo.
El amor revela y desvela.
Por amor se vive y se muere.
El amor es Dios, y Dios es amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida.
Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez
porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser
humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi
ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar
el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la
luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más
poderosa que existe, porque no tiene límites.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto
lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que
asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño
pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi
corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea
demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito
decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta.
Te amo Lieserl, Tu padre. ( Albert Einstein)
Cuando hablamos de la última carta, estamos
hablando de algo muy especial, algo que marcará vidas, algo que uno no olvida,
es algo que queda presente dentro nuestro. En una carta siempre se escriben los
sentimientos de uno, es algo privado.
ULTIMA CARTA DE PABLO A TIMOTEO:
2 Timoteo 4: 1-8
Esta es una carta especial, porque ya tenía fecha
para la cual estaba sentenciado, donde ya estaba marcada su ejecución, no
especifica si eran 2 o 3 días pero iba por ahí.
Es una carta que escribía el líder a quien por así
decirlo era su mejor discípulo, o el más cercano.
#Pablo sabía hacia donde iba, pero Timoteo al
parecer no estaba del todo seguro hacia donde apuntar todavía, y esta última
carta suya era como dejar un legado.
#Hay muchas cosas interesantes que dejó en esta
última carta:
a) Te encarezco/pido con todo el corazón: que
prediques.
b) Se sobrio en todo
c) Soporta las aflicciones
d) Haz obra de evangelista
e) Cumple tu ministerio
Pero lo más llamativo es lo que habla de el, y como
que deja un legado, que sería tremendo si vos y yo pudiésemos decir lo mismo:
1. He peleado la buena batalla
¿Podríamos decir lo mismo? ¿Qué batalla estas
peleando? ¿Tu lucha es por cualquier cosa o es por algo que trascenderá?
-Hay muchos cobardes que jamás podrán decir que han
peleado por algo. Y esto debería preocuparnos. Porque o sos de los que pelean o
de los que se esconden.
“Dios tiene un plan que lleva tu nombre”
¿Sabes porque el enemigo ha querido acabar contigo tantas veces?
Porque sabe que Dios tiene grandes planes contigo! No te rindas. Pero pelea!
"Escucho con atención a la gente que cree tener la razón...
pero prefiero seguir a la gente que tiene resultado”
Vivimos en un tiempo donde todos son “especialistas” de todo, lo
preocupante es cuanta gente hace caso a los “consejos” de personas que no
tienen resultados o experiencia sobre lo que aconsejan.
2. He acabado la carrera
Todos empiezan, muy pocos terminan.
Esto sí es dejar un legado, el poder afirmar que
llegó a lo que quería. La mayoría de las cartas de despedidas o los
recordatorios en esos momentos son “el quiso hacer, el quería…”, pero muy pocos
pueden decir “he acabado la carrera”.
Que desde hoy vivamos nuestra vida haciendo lo que
sea necesario para que podamos llegar a afirmar lo mismo. Lo triste es que
algunos en lo único que crecen es en edad!!! Crece en algo más que en edad!!
3. He guardado la fe
No se olvido de tener fe, no la esquivo, la guardó!
¿Qué haces vos con la fe? No guardo rencor, ira, malos pensamientos, cosas
ocultas, ¿Qué guardo? Fe!
CONCLUSION:
¿Qué dirías en tu última carta si la escribieras en
este instante? ¿Hay cosas que concluiste ya y podes dejar para la posteridad?
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